Amazonia pertence a las mucho más esenciales zonas forestales del mundo: con cerca de cinco millones y medio de km cuadrados, acoge ámbas terceras unas partes del total de bosques húmedos tropicales de todo el mundo. Opuestamente a eso que ocurrió en otras varias zonas, donde la área cubierta de bosques redujo drásticamente por la acción humana durante siglos, en la Amazonia estaban prácticamente íntegras hasta hace escasas décadas.
Las sociedades indígenas de la Amazonia, de manera frecuente consideradas como un ejemplo de sociedades de forma exclusiva cazadoras y cosechadoras, eran sin salvedad etnias con agricultura desarrollada bastante antes de la llegada de los de europa. Estos pueblos practicaban el sistema de agricultura migratoria o itinerante, donde pequeñas porciones de selva, por norma general inferiores a una hectárea, eran derruidas y cultivadas por un periodo de pocos años hasta el momento en que la disminución de fertilidad del suelo y el desarrollo de plantas invasoras forzaban a abandonarla y cultivar otro campo de la selva. Siendo pequeñas ciudades, con escasa tecnología para derruir enormes superficies y con etnias dependientes en buena medida del bosque, la incidencia de estas sociedades sobre la cobertura vegetal amazónica durante siglos puede considerarse insignificante. Las estimaciones sobre la población indígena de la zona, calculadas desde la aptitud de sustentación de las distintas zonas ecológicas y según con la tecnología de que disponían, llegan a cifrarla cerca de los 6,8 miles de individuos. se definió como «la enorme Amazonia», antes de la llegada de los colonos de origen europeo.
Producción de alimentos
Otra de las formas que las ocupaciones humanas ajenas a las reservas afectan a la composición de estas es la utilización del suelo circundante para producción de alimentos, que aparte de achicar el hábitat crea fragmentación de las selvas, incidiendo de forma directa en la viabilidad de las ciudades de enormes carnívoros.
Esto altera al tiempo el cómputo en medio de estos carnívoros y sus presas, que en la mayor parte de las situaciones son exactamente los mismos herbívoros que dependen de las semillas y los brotes de las palmas y otras plantas, según con el estudio.
Suelo
Como producto de las rebosantes lluvias y de la abundante vegetación, los ríos selváticos son muy caudalosos y de régimen regular. Los suelos no son muchos fértiles en esta región, gracias a la poca hondura, y la presencia de abundante materia orgánica en descomposición.
El relieve de la selva es poco profundo, con lo que resulta desfavorable para la agricultura, las especies propias de la selva no muestran impedimento alguno para realizarse, muchas se han amoldado para no requerir otro género de tierra en especial .
Hay una enorme pluralidad de animales en la selva, siendo los insectos los que prevalecen. Ciertos son: hormigas, mariposas, mosquitos, etcétera. Asimismo se tienen la posibilidad de hallar cerdos salvajes, armaditos y osos hormigueros. No obstante, hay animales de la selva que están pocos, como los animales medios y pequeños como el jaguar, que solo tienen la posibilidad de posicionarse en zonas concretas de la selva.
Derecho de intervención de los labradores – un aspecto de evaluación esencial
Por otro lado, en las ubicaciones forestadas tienen la posibilidad de regresar a asentarse de a poco las plantas y los animales propios de la selva tropical. Los pastos empleados de manera intensiva alcanzaron un valor ecológico sensiblemente superior al de esos empleados de manera extensiva. La herramienta económica resulta de la venta de madera (forestación) o de carne y leche (pastos). Las plantaciones de alisos fueron las que consiguieron las mayores ganancias.
Según los desenlaces de una encuesta, debido al mejor cómputo ecológico de los bosques ahora las mayores opciones de ganancias en un largo plazo, la mayor parte de los ganaderos (Saragurs originarios y Colones Mestizos inmigrados) ven la forestación como la opción mejor de utilización. «Para asegurar el éxito de los modelos de revegetación, tienen que intervenir asimismo los labradores,» enseña Bendix.