Por Eduardo Montagut
La mayor parte de las monarquías de europa del siglo XVIII sostuvieron el sistema absolutista configurado en el siglo previo. Solo Inglaterra inició su novedosa centuria con una monarquía parlamentaria. Pero el absolutismo del siglo XVIII presentó una fórmula novedosa, famosa como despotismo o absolutismo ilustrado, que recogía varios de los aspectos de la Ilustración, en especial en la manera de gobernar y en la app de una secuencia de reformas. Estos monarcas querían, como los ilustrados, la alegría de los súbditos, pero siguiendo la máxima de: «Todo para el pueblo pero sin el pueblo». Los monarcas del siglo XVIII fortalecieron reformas en los campos económico, popular, educativo y cultural a favor de sus súbditos, pero sin abandonar ninguna de sus prerrogativas como depositarios de la soberanía y sin tener la opinión de los regidos. Recogieron una parte del programa de los ilustrados para procurar actualizar sus estados, corregir abusos o remover ciertos permisos. Tenemos la posibilidad de apuntar múltiples aspectos recurrentes a la política reformista llevada a cabo por los monarcas ilustrados de europa: protección de las ocupaciones económicas, singularmente de la agricultura y de las manufacturas, promuevo de la educación y de las instituciones culturales y artísticas, subordinación de la Iglesia en el Estado siguiendo los principios del regalismo, reformas administrativas y fandísticas, realización de proyectos públicas y supresión de los vestigios mucho más viejos del feudalismo. Pero estas reformas jamás llegaron a traspasar unos límites sagrados, en tanto que de llevarlo a cabo se pondría fin al sistema absolutista ahora la sociedad estamental que lo sostenía. En el momento en que las reformas podían agrietar el principio de su autoridad o trastocaban pilares escenciales del Viejo Régimen fueron descuidadas o no tomadas presente. El estallido de la Revolución Francesa provocó que prácticamente todas las políticas ilustradas fuesen frenadas por los monarcas de europa, como puede estudiarse en la situacion español en los comienzos del reinado de Carlos IV. Entre los monarcas mucho más relevantes del despotismo ilustrado tenemos la posibilidad de refererir los próximos: Federico II de Prusia, María Teresa y José II de Austria, Catalina de Rusia y Carlos III de España.
¿Con qué nombre se conoce la batalla entre Borbones y Austrias en la disputa por el trono de España? Describa resumidamente por qué razón se causó esta guerra, qué países estuvieron implicados y cuál fue su resultado.
Guerra de Sucesión de españa.
En 1700 muere sin descendencia Carlos II, último rey de la dinastía de los Austrias, dejando como heredero al nieto del rey Luís XIV de Francia, Felipe de Anjou. A esto se enfrenta Carlos, archiduque de Austria, que es apoyado por Inglaterra. Comienza de este modo la guerra de Sucesión entre los dos aspirantes, que es al unísono una guerra civil (Castilla en frente de la Corona de Aragón) y también en todo el mundo (Francia y España en frente de Austria, Inglaterra, Holanda y Portugal). En la guerra civil vence a Felipe de Anjou (conquista de Aragón y Valencia en 1707, ocupación de Barcelona en 1714), al paso que en la en todo el mundo se llega a una solución de deber al Tratado de Utrecht (1713), por el que se reconoce a Felipe como rey de España (Felip V) en lugar de la pérdida de los Países Bajos, Milán, Nápoles y Cerdeña (para el Imperio Austrohúngaro), Sicilia (para Saboya) y Menorca y Gibraltar (para Enorme Bretaña).