la mujer en la agricultura y en el medio rural

Más allá de que es verdad que son las mujeres rurales un aspecto clave para asegurar la producción agrícola y la reproducción familiar, asimismo lo es que combaten un sinfín de desigualdades en frente de sus pares hombres y también injusticias sociales, legales y culturales que les previenen desplegar todo el potencial. Las brechas que las limitan van desde el ingreso al trabajo, a créditos ahora la tierra, hasta el quebranto en el pago por su trabajo (tanto el familiar y de cuidados como el que teóricamente es retribuido).

La estadística y los presentes libres son reveladores. Pero, afortunadamente, del otro lado de la moneda hay una sucesión de instancias que llaman la atención a este suceso. Es la situacion de los Objetivos de Avance Sostenible (ODS) de las ONU, que sugieren en su Propósito 8 la misión 5: “De aquí a 2030, hallar el trabajo pleno y productivo y el trabajo aceptable para todas y cada una de las mujeres y los hombres, incluyendo los jóvenes y la gente con discapacidad, tal como la igualdad de remuneración por trabajo del mismo valor”.

La voz de las mujeres rurales

Hay distintas organizaciones rurales que trabajan todos los días para prosperar la verdad de las mujeres que viven en este medio.

Es la situacion de la Federación Nacional de la Mujer Rural (Femur), que para festejar este día ha amado admitir su tarea en distintas campos (económicos, sociales, culturales o de deportes) personalidades como la artista Ruth Lorenzo y la comunicadora de televisión Toñi Moreno.

Las mujeres rurales en España: lejos todavía de la igualdad

Nos movemos en España para investigar cuál es la situación de las mujeres rurales que se ocupan de la agricultura y la ganadería.

El último Censo Agrario nos pone cada día de la situación. Esta herramienta, que se actualiza cada diez años, es muy importante para la toma de resoluciones políticas y el rastreo de los ODS.

Mujeres, Trabajo y Salud

América Latina tiene entre las tasas mucho más altas de participación laboral femenina en todo el mundo, con las mujeres formando la base para el avance económico regional. Por otro lado, en la zona se aprecia una inclinación creciente de las tasas de obesidad y sobrepeso, afectando singularmente a las mujeres y con mayor énfasis en las mujeres rurales. Esto se da especialmente por la reducción de la movilidad y la actividad física, lo que está bajo la influencia por las condiciones de vida sedentaria a las que se ven sostienes muchas mujeres en el campo rural. Por su lado, los hombres muestran una mayor movilidad, si bien asimismo son damnificados por patrones sedentarios en el medio urbano o semiurbanizado. Una consecuencia de la alta participación de las mujeres en el mercado de trabajo es que está relacionada de manera frecuente con el menor tiempo libre para tareas familiares, y conjuntado con permisos de género habituales que no se han amoldado a estos cambios en los ritmos laborales, ha obligado a las familias a adoptar opciones de mayor conveniencia para la nutrición.

Esta situación de creciente participación de la mujer en el mercado de trabajo en América Latina, ha popularizado la adopción de las comidas preparadas o alimentos pre-hechos, tal como el consumo excesivo de alimentos procesados ​​de extendida vida que de manera comparativa incurren en menor coste (en lo que se refiere a tiempo y dinero) en contraposición que esos determinados como alimentos frescos y naturales. Estos cambios en los regímenes se vieron reflejados no solo en crecientes tasas de obesidad y sobrepeso en la zona, sino más bien asimismo en la morbilidad y mortalidad de anomalías de la salud socias, como diabetes, cardiopatías y otras anomalías de la salud no transmisibles, con efectos distinguibles según género, raza, nivel social y económico y sitio de vivienda.

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