la millora de l’agricultura i el creixement demogràfic

El desarrollo demográfico iniciado en el siglo XVIII habría sido irrealizable sin una ampliación de la oferta de alimentos. La primera cosa que solicitaba una población en desarrollo era mucho más alimentos, con lo que los primeros cambios económicos de la Revolución Industrial los podemos encontrar en el ámbito primario. Por su parte, el incremento de la demanda de alimentos, a resultas del aumento de la población, provocó el alza del precio de los artículos agrícolas, lo que estimuló a los dueños a acrecentar la producción.

La optimización de la oferta de alimentos se efectuó a través de un incremento de la eficacia. De este modo, la revolución agrícola, iniciada a inicios del siglo XVIII, comportó cambios de 2 tipos: de las construcciones de la propiedad agraria clásico (privatización del suelo mediante la reforma agraria) y de las técnicas de producción y cultivo.

Conclusión

Para afrontar los desafíos inmediatos de la agricultura no hay fórmulas fáciles. Las acciones a arrancar son todas y cada una complicadas y necesitan que se pongan en práctica conjunta y ordenada entre distintas áreas que tienen dentro la política, la sociología, la economía, la tecnología, la educación, etcétera.

plantas

Por ejemplo, estas acciones deberían implicar: el incremento de la eficacia agrícola, suponiendo que hay un enorme margen de optimización para proceder a reposar el desempeño de las ubicaciones de todo el mundo donde la producción es mucho más baja hacia aquellas que la tienen mucho más alta, aparte de progresar el desempeño de los cultivos en zonas donde este es ya alto; la finalización de la expansión de la agricultura, en especial la deforestación de las junglas del trópico y sabanas; generar mucho más con menos, o sea, sacar el máximo desempeño de cosecha de cada unidad de agua, fertilizantes y energía; ir hacia dietas con menos proteína animal, con fuentes proteínicas animales de alta eficacia de conversión o con proteínas de síntesis; achicar el desperdicio de la comida que se genera, sea en la explotación agraria, en el autoservicio o en la casa del cliente final. Asimismo va a ser esencial que este cliente logre entrar a información objetiva y normalizada y que logre comprender si el alimento que compra se ha producido siguiendo unos criterios de sostenibilidad específicos, lejos de etiquetas imprecisas como la agricultura ecológica o los artículos. de cercanía».

Para esto va a ser preciso indudablemente remarcar y orientar la investigación en los campos científicos correctos, sabiendo que la tecnología que sea requerirá a unos clientes con un nivel de capacitación prominente. Ya que entre los puntos críticos es el incremento de la eficacia en los países desarrollandose y que las resoluciones van a deber aplicarse acatando la composición popular de las comunidades de origen, la capacitación de los campesinos va a ser un factor vital para el éxito de ese propósito. Este es un reto realmente bien difícil, que requerirá inversiones esenciales y políticas fabricadas a la medida para cada caso, de las que va a depender en el final que resulte posible el cuidado de una abundante población humana y sobrepasar los atribuyas del apetito y la malnutrición.

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