Desde finales de los años cincuenta, China ha creado una relación económica permanente y próspera con países del África subsahariana (AS). Esta asociación ha florecido hasta el punto de que China se convirtió en el mayor colega comercial de AS. Gradualmente, China tuvo un papel esencial en la configuración del avance y las políticas agrícolas de esta zona, lo que ha recibido la red social en todo el mundo con una mezcla de optimismo y un nivel de escepticismo sobre las auténticas pretenciones de entre las naciones mucho más capaces del orbe.
Con el advenimiento de los Objetivos de Avance Sostenible (ODS) de las ONU en 2015, los ojos de todo el mundo se han enfocado de nuevo a impulsar el avance económico de AS. No obstante, la asociación mucho más prometedora procede de China en vez de sus ayudantes comunes como EE.UU. o países de Europa occidental. De hecho, Marafa et al. sostienen en su producto de la serie de ODS de las ONU que llegar a lograr ámbas primeras misiones de los ODS –eliminar la pobreza en sus formas y terminar con el apetito– podría depender de esa coalición. En verdad, el éxito agrícola de China y las inversiones directas podrían ser una panacea para arreglar múltiples inconvenientes de avance en África. Los autores dan a conocer la relevancia estructural del acompañamiento económico chino en el modelo agrícola de AS, enmarcando lo vital que es esta relación para lograr los ODS ahora la vez, avisan que la relación podría realizarse hacia una colonización económica.
La necesidad de respaldar a Centroamérica
Precisamente una de cada seis personas en Guatemala y Honduras padece desnutrición, y cerca de la mitad no puede posibilitarse una dieta saludable, según el último informe de la FAO , El estado de la inseguridad alimenticia y la nutrición en el planeta.
Cerca de una tercer parte de la tierra cultivable en Centroamérica está cubierta por suelos degradados, on line con la media mundial. La agricultura se ha apoyado comúnmente en las montañas de la subregión, cuyas vertientes son especialmente atacables a los movimientos y la erosión hídrica. Estas fuerzas, exacerbadas por patrones climáticos extremos catalizados por el fenómeno de La Pequeña, cuyos efectos con frecuencia se magnifican aún mucho más por la deforestación y otros causantes humanos, suprimen la cubierta superior del suelo rica en materia orgánica y tienen la posibilidad de desatar desequilibrios de nutrientes en el suelo . Entre los desenlaces es una presión migratoria incesante, de las áreas despobladas hacia las ciudades y de las ciudades en el extranjero.