impacto de la agricultura y ganaderia en el medio ambiente

La expansión de la producción de carne vacuna exhibe un considerable importancia de los países emergentes. En el periodo 2000-2007 la participación de la producción de carne vacuna de las economías emergentes se incrementó un 7,9%, dirigida por India (4,0%), América Latina (2,9%) y China (1, 8%). Este incremento se genera en un contexto en el que el consumo medra, inclinación que se estima sostener en los próximos años. No obstante, se escribió bastante con en comparación con encontronazo de la industria de la carne vacuna en el medioambiente y particularmente sobre su efecto negativo en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Cantidades ajustadas de la FAO estiman que las emisiones del ganado vacuno (directas y también indirectas) equivalen al 14% del total de emisiones. Esto incluye las emisiones directas (fermentación entérica y estiércol) y asimismo las indirectas, esto es las similares con el alimento para animales, empleo de herbicidas, pesticidas, fertilizantes, emisiones de cultivos, transporte de la carne, el procesamiento, l empleo de frío, y el desarrollo de compra y venta de carne. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus iniciales en inglés), ligado de la Organización de ONU (ONU), cree las emisiones directas de la ganadería en 2,3 gigatones de CO2 semejante (5% de las emisiones globales) al paso que, por poner un ejemplo, el transporte crea 6,9 gigatones de CO2 semejante (14% de las emisiones globales).

La polución del agua en la Agricultura y Ganadería

La agricultura suma el 70% del consumo de agua en el mundo entero y es responsable del vertido de químicos, materia orgánica, desechos, sedimentos y sales.

En los últimos veinte años, ha surgido una exclusiva clase de contaminantes con apariencia de medicamentos como los antibióticos y las hormonas que se usan en la ganadería y que asimismo acostumbran a llegar a las fuentes hídricas y los ecosistemas, con peligro para la salud.

Probables resoluciones

La evaluación de esta situación asimismo incluyó la determinación de probables resoluciones. Se aconsejó plantar árboles que asistan a atenuar la polución atmosférica y, además de esto, brinden sombra a los animales, favoreciendo la producción de ganado, al unísono que se resaltó el beneficio de agarrar el estiércol, tratarlo y usarlo como abono para los campos, y utilizar un régimen conveniente a los efluentes.

Asimismo se aconsejó producir espacios con pastos originarios o pastos, de manera de retener los nutrientes y volver a utilizar los efluentes, y valorar si el pellet usado estimula la polución por metales pesados, vía estiércol de los animales.

plantas

Fijación de carbono

Los defensores de la ganadería extensiva han solicitado a lo largo de años la inclusión en los cálculos de la fijación de carbono en suelo en pastos sanos. El razonamiento logró quizá su mayor popularidad con un vídeo de Allan Savory, el padre del manejo holístico 7, que terminó por transformarse en viral. El enfrentamiento científico provocado acabó en un informe de la Facultad de Oxford 8 que reunía a varios de los mejores especialistas en la materia, y que terminó concluyendo que el papel de los pastizales como sumidero no puede compensar las emisiones del campo ganadero. Esto hace meditar que de hecho es de este modo. Los suelos tienen una aptitud finita de guardar carbono. Es cierto que si se recobran suelos degradados la aptitud incrementa, pero asimismo es un hecho que los suelos mundiales no están tan degradados para atenuar un 15% de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.

En una investigación científico que terminamos de divulgar 9 analizamos otra visión viable, esta desde una visión mucho más ecosistémica que técnica. Sabiendo que la ganadería extensiva ocupa tierras de extensión muy vasta pero marginales para la eficacia agraria, hemos soñado qué sucedería si las políticas prosiguieran estas sugerencias climáticas de abandono del ámbito ganadero mucho más extensivo.

Un nuevo menú mucho más sano para el planeta

¿Solución? Para conciliar la nutrición de la población mundial, parar la deforestación de las junglas del trópico y recobrar terrenos para la reforestación, los especialistas autores del Atlas solicitan “repensar la nutrición para integrar menos carne y mucho más vegetales”, puesto que estos últimos necesitan menos superficies arables.

Johan Rockström, directivo del Centro de Investigación sobre las Secuelas Climáticas de Potsdam, sugiere achicar el consumo de carne de forma anual a 17 kilogramos de media por persona, y el de artículos lácteos a 33 kilogramos. Según los autores de la publicación, la dieta clásico de India y numerosos países africanos exhibe que es viable. Pero en Norteamérica, Sudamérica y Europa se consume hasta siete ocasiones mucho más carne.

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