explica las caracteristicas de la agricultura de al-ándalus

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La luz, singularidad y trascendencia de la civilización de Al-Andalus no solo son –o fueron– reales, sino más bien aun una situación admirable. Este brillo, aptitud creativa y substancia no son –no fueron– una entelequia pasajera, sino precisamente manan, emanaron, de la fértil pluralidad de respuestas con las que su gente, la amalgama de los andalusíes, supieron combatir la presencia . Y todo aquello (contestar culturalmente a la presencia) formó un legado, por el hecho de que al-Andalus terminó, esto es, históricamente acabaron el espacio y el tiempo de su entidad política, 711-1492. ¿A quién forma parte el legado cultural de al-Andalus? Hay una herencia asumida, desde la Edad Media hasta hoy y hasta siempre y en todo momento, aproximadamente mediante la continuidad territorial, y de este modo los reinos cristianos, instalándose en al-Andalus, según este terminaba, recogían todo cuanto había, deseaban o podían del diverso patrimonio material y espiritual andalusí. Siempre y en todo momento fué de esta manera, por otro lado, en relación a todos y cada uno de los legados de todas y cada una de las etnias sobrepuestas, con sus sustratos aproximadamente reconocidos o identificables madurando al humus ahora las raíces de lo que ahora proseguiría pasando. Un legado andalusí que ha cumplido varios siglos, pero prosigue palpándose, y no solo, ni muchísimo menos, en Andalucía, donde exactamente el mismo nombre de al-Andalus pervive. Un legado discutido, indudablemente el mucho más polémico de todos y cada uno de los legados que poseemos por el hecho de que sus herederos territoriales nos hemos ubicado en toda la gama de las reacciones potenciales como depositarios prácticamente ineludibles. Un legado contrastado e inclusive rechazado, y al tiempo ávidamente trasvasado, en el momento en que mecenas y ocupaciones realmente bien organizadas iban traduciendo, al latín primero, de a poco el romance, los sabios libros árabes de agricultura y astronomía, matemáticas, filosofía… Un legado renegado aun, pues al Andalus es el «Otro», y por contra, en ocasiones, no se le otorga ningún valor, por mucho que al unísono hasta nuestro léxico denote, con una cantidad enorme de arabismos, la dirección –solo afirmemos en este momento «la dirección»– de aquel lejano y aproximadamente mantenido influjo. Un legado andalusí raramente tan asumido, en algún momento asimismo, que llegó a presentarse reconocido con exactamente el mismo, como hicieron nuestros ilustrados. Nuestra original Ilustración se manifestó persuadida, o quizás fue solo una fulgurante intuición, que el esplendor científico y cultural de la España musulmana debía apreciarse en el saldo positivo de nuestra cuenta nacional, y que Andaluz, de esta manera correspondiente y englutido, era algo auténticamente español, salvado de de europa injerencias, puro propio, y formaba por consiguiente nuestra mucho más conspicua aportación al avance universal. Por consiguiente, en el XVIII, parte de nuestra actividad literaria, artística y erudita, se dedicó a resaltar la luz de la civilización andalusí, intentando «españolizarlo», a nuestra mayor honra, lo que se robusteció después con corrientes nacionalistas y románticas del XIX, logrando ofrecer esta dudosa pátina agridulce al legado andalusí, puesto en la ambigüedad de su nacimiento y carácter, entre el «Yo» y el «Otro», entre el sí y el no. Desde finales del XIX se hace más rápido el saber científico de al-Andalus. Si bien queden puntos específicos de la civilización andalusí por estudiar, sin ese enorme trabajo previo no se podría haber anunciado la serie, cuyo enorme calibre tampoco podría haber salido de las puras arcas de la compañía erudita. Fué preciso apelar, en verdad, a los propósitos y demandas del turismo cultural bien comprendido. Esta asombroso y admirable serie brotó con la intención de amplificar los efectos turísticos y culturales del Campeonato de Esquí en Sierra Nevada, que al final se ha podido festejar en 1996, y no un año antes, como se encontraba pensado y en el momento en que múltiples ciudades ‘Andalucía albergaron inusuales exposiciones sobre todos estos temas. Cada exposición produjo entre los libros, de enorme formato, que se dedica al tema pertinente. Cada libro fue editado por reconocidos expertos, que lo propusieron como una contribución de múltiples autores, repartiéndose las diferentes cuestiones. De esta manera, todos estos libros, salvo el de las Sendas, que traza atractivos recorridos realmente bien documentados, tienen especificaciones recurrentes: obra de múltiples autores, todos buenos conocedores de su materia, con geniales estados de la cuestión, en todos y cada caso, terminadas bibliografías y también imágenes. La calidad del fondo va acompañada de una excepcional calidad de las ilustraciones, cuya selección resulta ser además de esto un archivo gráfico de primer orden sobre un aspecto histórico fundamental, complejo y lleno de atrayente. Todo debe ingresar por la visión, hasta volver a poner a la memoria un mayor conocimiento. El grupo piensa una primordial, hermosa y sabia, aportación sobre al-Andalus, y empieza a recibir premios editoriales nacionales y también de todo el mundo. Entre los puntos de este legado hay uno tangible que es el arquitectónico, por estos libros primado. Los monumentos «moriscos» prosiguen siendo distinción de nuestras mayores o inferiores ciudades, alcázares peregrinos, castillos de nuestros panoramas. Pero hablamos de traspasar lo legendario y poder el comprender mucho más punteoso, con la novedosa metodología y el planteo mucho más reciente: investigación de atalaya, sobre las viviendas y palacios de al-Andalus, en sus entornos de Murcia, Sevilla , Málaga y Granada, más que nada, cuyos modelos mucho más ricos se propagaban, aproximadamente, hasta las casas particulares, aparte de la atrayente prolongación del primer mudéjar español.

agricultor

Otras caracteristicas por esta serie de libros abordados son: el legado científico y técnico, con el contenido en especial matemático, astronómico y médico. La producción literaria, cuya poesía reflejó mentalidades y sentimientos. El determinismo del carácter marítimo de Al-Andalus, que condiciona su evolución histórica, cultural y económica. Tampoco se olvida la tradición arabigoandaluza del caballo, ni se deja a un lado el habitual sitio comercial del zoco, ni se omite el papel del agua en la agricultura, con el regadío que alteró espacios. Todos estos elementos configuran hoy día, entre nosotros, la imagen mucho más limpia de lo andalusí, esto es evidente, si bien podría haber sido favorable elucidar, en relación a cada uno, y de manera mucho más limpia, las des, bien diferentes, con qué se introducen en esta imagen, e inclusive las variadas imágenes que de todo lo mencionado se tienen. Quizás las introducciones de todos estos volúmenes tuvieron que mostrar, en este sentido, que «la imagen andalusí» o «las imágenes andalusí» son un resultado complejo, en nuestra cultura hispana, con mayores porcentajes de asimilaciones o inferiores, mezclando la meta y lo subjetivo de manera singular, a compás de las oscilaciones históricas. De esta manera, el legado arquitectónico andalusí se asimiló utilitariamente, engendrando uno de nuestros estilos mucho más limpios, que es el llamado mudéjar, revivido en la Edad Moderna en un neomudéjar con la capacidad de representar el tipismo mucho más exacerbado… pero, en cambio, el legado científico resulta mucho más subsumido, impalpable y en general inadmitido. Asimismo debería haber quedado mucho más manifiesto el sutil propósito turístico cultural de esta serie de libros, que ha condicionado la presentación de la serie con su enorme formato y una imagen excesiva, si bien esto no ha restado conocimiento. I Las relaciones entre lo árabe y lo español tienen una vertiente cultural notabilísima y una marcada singularidad histórica. Los intereses compartidos generaron, de este modo, primicias en la actividad lexicográfica europea, como representó el Vocabulario arábigo en letra castellana de P. de Alcalá (Granada, 1505), imagen de una pasada vitalidad lingüística, que cubría una alta vitalidad vivencial, que todavía se sostuvo en la Edad Actualizada (lo prueba el Diccionario manual árabe-español de F. Cañes, La capital de españa, 1776), pero degeneró en la Moderna, sin que la etapa africanista cuajara entre nosotros un diccionario bastante, representando los límites de lo que entonces compartido. Por paradoja no extraña, no poseemos un Diccionario árabe-español del siglo XX, hasta el momento en que F. Corriente, en 1977, publicó uno del árabe tradicional y moderno, útil para distintas solicitudes de estas complicadas relaciones España-planeta árabe, que cada vez van a mucho más . En esta situación de incremento, este Diccionario de árabe culto moderno. Árabe-Espanyol engalana nuestra tradición lexicográfica y contribuye una materia reunida sobre exactamente la misma lengua árabe actualizada, amontonada a lo largo de 40 años de estudio y empleo por Julio Cortés, instructor de Árabe y Español en la Facultad de Carolina del Norte, y que encuentra su Diccionario entre «Damasco, 1956, y Chapel Hill, 1996». Este Diccionario se ubica, en su género, entre los mucho más extensos de los completados en Europa en este siglo, con sus 9.000 entradas primordiales, 24.000 secundarias, 110.000 equivalencias; entre los mucho más terminados en temas, con léxico científico y técnico y cultural en su mayor sentido; indudablemente el mucho más vigente (con terminología informática). Generar un Diccionario es determinar y asumir un espacio: algo tan simbólico como marcar un mapa: inmediatamente, se define y define sus opciones y también intereses quien lo traza. Como es natural, este país va reocupando un ubicación, que fue propio, en la extendida relación de lo europeo y árabe.

¿Qué nombre brindaron los musulmanes al territorio conquistado en la Panínsula Ibérica desde el año 711? Explique resumidamente la evolución política del Islam peninsular hasta los llamados hasta los llamados reinos de taifas (711-

Al-Ándalus.

La conquista musulmana de la península desde la año 711 fue un desarrollo veloz merced a la crisis por la que atravesaba el reino visigodo de Toledo. Se estableció un emirato ligado del califa de Damasco, si bien este logró su autonomía política en el año 756 con Abderramán I. L apogeo político y social y económico del emirato dejó el lugar de califato en el año 929 con Abderraman III, pero este desaparece en el año 1031, dando sitio a la disgregación de Al-Ándalus en los llamados reinos de Taifas

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