Una investigación científico reciente exhibe que el incremento del área cultivada con soja en Argentina que se registra desde el principio del empleo de la semilla genéticamente cambiada el 1996 está asociado con una caída del 60% en el desempeño (en kg por colmena) de miel en todo el país. El trabajo asimismo exhibe que el desempeño por colmena tiene una fuerte predominación en la producción total nacional de forma anual de miel. Esta caída en el desempeño de miel, y su encontronazo en la producción, podría poner bajo riesgo la actividad apícola en el país. La investigación fue llevada a cabo por pertenecientes del conjunto Ecología de la Polinización, del Centro de Indagaciones en Biodiversidad y Medio Ámbito (INIBIOMA) de bipertenencia entre la Facultad Nacional del Comahue y CONICET, y dirigida por la Lic. en Biología Grecia de Groot, becaria doctoral del CONICET y estudiante de estudio del Doctorado en Ciencias Biológicas de la Facultad Nacional del Comahue.
El estudio valora los efectos de la intensificación de la agricultura industrial sobre la apicultura en Argentina desde el análisis de la expansión del monocultivo de soja y la relación con los cambios en la eficacia de colmenas de abeja melífera. “Las abejas precisan entrar a una oferta de polen y néctar diversa y abundante en todo el año, para conseguir una nutrición balanceada y desarrollar ciudades varias y saludables. Así mismo las colmenas tienen la posibilidad de generar proporciones de miel bastante a fin de que el apicultor logre cosechar y comercializar. El monocultivo, y las técnicas y tecnologías socias, incluyendo el empleo intensivo de agroquímicos, convierten el paisaje rural a enorme escala, desplazando otros cultivos y prácticas agropecuarias, como la ganadería extensiva, y continuando sobre bosques originarios. Todo lo mencionado reduce la variedad y la oferta de flores y también introduce causantes de agobio para las abejas”, dice Grecia de Groot, autora del trabajo al lado de los estudiosos del CONICET Marcelo Aizen, Carolina Morales y Agustín Sáez.
Reconstruir un pueblo desde el princípio
Desde el centro urbano hacia el territorio wawi, el asfalto liso da paso a una carretera de tierra que pasa por asentamientos de la temporada de la reforma agraria de los años 80 y plantaciones en las que afloran descendientes de soja. En la mitad de múltiples plantaciones hay caminos bordeados por las palmeras buriti habituales del Tancat. Conforme me acerco a mi destino, aún a mucho más de cien km, la vegetación consigue aspectos amazónicos. Los árboles son mucho más altos, mucho más fornidos, ocultando el interior de la selva en las miradas indiscretas. En otras oportunidades, el paisaje de transición hace difícil la determinación de cuál era el bioma circundante.
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