El mes pasado de septiembre nuestro compañero Pedro M. Herrera, coordinador del área de Ganadería de la Fundación y facilitador de la Interfaz por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, publicó adjuntado con Patricia Dopazo Gallego, coeditora de la publicación Soberanía Alimenticia, un producto en El Salto basado en la cuestión de la ganadería: entre las situaciones animalistas y las de la industria cárnica.
La iniciativa que lanzan desde un análisis sobre la demanda y el consumo de hoy de la carne en España es una reflexión sobre el encontronazo popular, medioambiental y económico del consumo de carne. De carnes, deberíamos decir, por el hecho de que lo que Pedro y Patricia nos trasladan con una definitiva claridad es que sólo algunas de las carnes son iguales. Frente ciertas tendencias en nutrición y los mensajes lanzados desde campos próximos al animalismo, que nos señalan a una reducción radical o erradicación del consumo cárnico; la agroindustria mucho más insaciable está expandiendo de manera exponencial su negocio instalando macrogranjas, proyectos que reiben una muy fuerte crítica desde extensos ámbitos –por su encontronazo ambiental, popular y económico– y han favorecido, por servirnos de un ejemplo, el surgimiento de la Organizadora Estatal Stop Ganadería Industrial.
Ganadería extensiva
Raquel Mungía, ganadera bóvida burgalesa de Palacios de la Sierra, ayuntamiento ubicado en la comarca de Pinares, en la sierra de la Demanda, reitera que entrevista en EFE en la relevancia que tiene la ganadería para la prevención de incendios: «aquí somos entre los pulmones de Europa y solamente hay incendios pues hay mucha tradición de ganadería».
La Sierra de la Demanda está caracterizada por acoger asimismo considerable suma de animales; en el momento en que Raquel sale a pastar enseña que ve convivir sus vacas con rapaces, corzos, cerdos salvajes, ciervos, liebres o tejones, entre otros muchos animales, y que hablamos de fauna salvaje que en determinada medida se favorece de la presencia de la ganadería extensiva.
Ganadería intensiva
En este modo de entrenar ganadería los animales se hayan estabulados. En la mayor parte de las situaciones, sigue bajo luz, temperatura y humedad que fueron construídas artificialmente.
Con la estabulación lo que se procura es acrecentar la producción cuanto antes, con lo que los animales son alimentados con modelos enriquecidos.
Diferencias entre ganadería extensiva y también intensiva
Se comprende por ganadería extensiva la explotación efectuada con predisposición total o parcial de una base territorial con aprovechamiento de pastos, prados , pastos yerbas y rastrojos, propios, extraños o comunales, de manera permanente o temporal para dar de comer al ganado.
De la interpretación en sentido opuesto de la definición previo va a haber que comprender que si no es ganadería en explotación extensiva lo va a ser en explotación intensiva. En esta última, el ganado no se nutre con aprovechamiento de pastos o prados de la base territorial de que disponga la explotación, lo que es la razón diferenciadora en relación a la explotación extensiva. Por consiguiente, una de las considerables diferencias es la manera de vida y nutrición que tienen los animales en la explotación ganadera.
Un informe de Michele Nori para el emprendimiento PASTRES examina las políticas de europa sobre ganadería extensiva, Entretantos coopera en la traducción y difusión del archivo
En contraste a otras zonas de todo el mundo, el marco político en Europa es de entrada conveniente a la ganadería extensiva. Las políticas de la UE reconocen los múltiples valores del pastoreo y sus contribuciones en concepto de bien común, administración medioambiental y cohesión territorial. Reconociendo que estos recursos públicos no son sostenibles sin una remuneración, la UE apoya a los pastores con medidas directas y también indirectas, incluyendo las subvenciones. Estas se piensan maneras de compensación y recompensa para los productores que trabajan en zonas desfavorecidas y ámbitos de prominente valor natural.