Paleolítico y neolítico en la oreja del mar . Colaje Google plus imágenes
Agricultura en la vieja Roma
Las creaciones agrícolas que se realizaron a lo largo del Neolítico concluyeron prácticamente con la introducción de los metales. Desde entonces se inició un periodo histórico en el que las novedosas civilizaciones agrícolas tendieron a prosperar las técnicas ahora conocidas, singularmente las herramientas, ahora detallar sacrificios cooperativistas. En este periodo resalta Roma, pero la agricultura de Mesopotamia, Egipto, China y también India no fue menos esencial.
- El arado sobre ruedas en oposición al arado de roma: este dejaba abrir surcos al unísono que eliminar la tierra.
- Reemplazar el toro por el caballo para labrar los campos: dejaba trabajar mucho más veloz y orear mejor el suelo.
- La rotación trienal, que consistía en cambiar los cultivos en tres parcelas distintas: 2 con cultivo de cereal o leguminosas y el otro en barbecho, en rotación a lo largo de tres años. De esta manera se incrementó la eficacia y diversificación de los terrenos.
Tercera hipótesis: un cambio climático
La tercera hipótesis que podría argumentar el origen de esta novedosa forma de vida es la climática. O sea, que las noticias llegaron en contestación a un cambio climático que limitó los elementos de las sociedades cazadoras, pescadoras y cosechadoras.
El tiempo y la vegetación vivieron esenciales transformaciones a lo largo de la ventana temporal donde se generaron los cambios que brindaron rincón al Neolítico. Tras el Último Máximo Glacial, hace unos 23.000-19.000 años, el tiempo comenzó a templarse. Se causó un incremento general de las temperaturas y la humedad que acabó en los comienzos del Holoceno, hace unos 11.500 años, en el momento en que se fijaron las primordiales peculiaridades del tiempo que nos divertimos hoy en día.
Futuros trabajos en la región alta del yacimiento, donde se encuentra las fases finales de ocupación, dejarán emprender estas cuestiones.
El emprendimiento está comandado por estudiosos del CSIC, la Facultad Pontificia de Salamanca y la Facultad de Cantabria. La excavación, extracción y restauración de los suelos fueron financiadas por los Ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades, el Ministerio de Cultura y Deporte y las Fundaciones Gerda Henkel y Palarq.