el hombre de neardental hace 10.000 años agricultura

El biólogo mallorquín, instructor del Institut Pasteur, es una autoridad en el estudio de nuestros ancestros. No comprende a los supremacistas blancos pues los de europa, sin ir más allá, somos fruto de una mezcla.

Desde un despacho ajustado pero lumínico en el distrito 15 de París, Lluís Quintana-Murci (Palma de Mallorca, 52 años) estudia el planeta, el hombre y sus genes, sus milenios de historia, sus migraciones y el mestizaje que nos llevaron a ser lo que somos. Podría pensarse que el sitio —la sede del Centro Pasteur en París, templo de la ciencia, diez premios Nobel, uno de esos sitios donde la raza humana enserio dió saltos adelante— impondrá al visitante. No. No hay solemnidad ni pompa alguna en Quintana-Murci, si bien lo que afirma en la entrevista genere el vértigo de los secretos profundos y de los saberes mucho más sólidos. Su libro Humanes (Deusto, se publica el próximo día 7) traza un arco que va desde los misterios del origen de nuestra clase a las indagaciones líderes en medicina de precisión. Biólogo, instructor en el Centro Pasteur de París y titular de una cátedra en el Collège de France —único cónclave fundado por el rey renacentista Francisco I y otro templo de la ciencia y las humanidades en Francia—, Quintana-Murci integra en el trabajo la genética, epidemiología y también inmunología, pero asimismo la historia y la antropología. En el momento en que uno escucha, no sabe si habla de ciencia o de la enorme epopeya de la raza humana. Quizá sean lo mismo.

Rastreo de los microbiomas prehistóricos

Otro estudio sobre los regímenes prehistóricas que asimismo se publicó este martes examinó el microbioma oral de los viejos humanos: hongos, bacterias y virus que viven en la boca, la utilización de ADN viejo encontrado en la placa dental.

Los estudiosos liderados por Andrea Quagliariello, estudiosa postdoctoral en Biomedicina Comparativa y Nutrición de la Facultad de Padua, Italia, examinaron los microbiomas orales de 76 individuos que vivieron en la Italia prehistórica en el transcurso de un periodo de 300. microscópicas de alimentos encontrados en la placa calcificada.

Mejoraron sus herramientas y tácticas de caza

Los cerebros de nuestros ancestros ​​duplicaron su tamaño entre 2 millones y 700.000 años atrás. Fue entonces en el momento en que comenzaron a crear mejores herramientas de piedra y desarrollaron la caza cooperativa: conforme los primeros humanos mejoraron en la caza y el procesamiento de carne, consumieron una dieta de más calidad, lo que les dio mucho más energía mucho más velozmente para impulsar el desarrollo de sus cerebros mucho más hambrientos. Pero la carne no es buena fuente de glucosa, indispensable a fin de que el cerebro trabaje con efectividad.

No obstante, las plantas con almidón recogidas por varios cazadores-colectores vivos son una increíble fuente de glucosa.

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