La producción de naranja en España se nucléa en la mayoría de los casos en el litoral mediterráneo, más que nada en Valencia. Según datos del Govern, el archipiélago de las Islas Baleares hace aparición como la sexta red social autónoma de españa en lo que se refiere a hectáreas de área cultivada con naranjas. Baleares se ubica tenuemente bajo Canarias en lo que se refiere a la producción de cítricos, con 950 hectáreas. Representen un 1,5 por ciento de la área total de cultivos frutales. La pluralidad de naranja que ocupa una mayor extensión de cultivo en España es la Navel, pluralidad que coincide con la mucho más predominante de Baleares.
Mallorca, tal como el resto de islas del archipiélago balear, tuvo un profundo vínculo con la agricultura. En un comienzo, como medio de subsistencia y, mucho más adelante, con objetivos comerciales. A inicios del siglo XIX hubo una esencial transformación de todo el mundo agrario que coincidió con el avance de la industria en la isla y en el siglo XX el campo primario tuvo un peso muy señalado.
Sistemas de Riego tecnificados
El riego es primordial en la agricultura, los sistemas de acequias de los romanos, los persos y de los árabes son míticos, y los sistemas aproximadamente controlados y tecnificados fueron usados desde la antigüedad. Todos hemos oído charlar de los Jardines Colgantes de Babilonia y de los sistemas de control de aguas que usaban los egipcios, utilizando por ellos las crecidas de su recurso natural mucho más apreciado, el río Nilo.
Ciencias alimenticias
Y al final, en el área de la ciencia de los alimentos hace aparición Muriel Wheldale, bioquímica británica que innovó en los campos de la genética y la bioquímica las plantas. Ella experimentó con la herencia del color de las flores y simultáneamente examinaba la base química pertinente a esas coloraciones. Sus varios ensayos lograron vincular la herencia de los componentes genéticos con la producción de unos pigmentos específicos, las antocianinas.
<p id="caption-attachment-14195" Muriel Wheldade. Fuente: https://mujeresconciencia.com/2018/07/17/muriel-wheldale-cientifica-definitiva-en-el-acercamiento-entre-la-genetica-y-la-bioquimica/
“A lo largo de las semanas en las que se arrancaba la patata, se llegaban a cargar 50 furgones de tren diarios” (Xavier Salicru)
El cultivo de patata se disparó en toda España, pero el Maresme cumplía con una secuencia de requisitos que le dejarán resaltar su producción, como son el veloz avance del cultivo de regadío, el tiempo despacio (que dejaba cultivar y cosechar antes que en países mucho más al norte) y, más que nada, el veloz ingreso en tren. “A lo largo de ámbas o tres semanas en las que se arrancaba la patata, se llegaban a cargar 50 furgones de tren diarios en la estación de Malgrat de Mar, es un número tan enorme que en este momento nos costaría imaginar” afirma Salicru.
Así, el cultivo de patata -y, por extensión, el avance del cultivo de regadío- modelará y cambiará el sistema agrario del Alt Maresme, con efectos que se perciben hasta hoy. Ejemplo de esto es la situacion de Palafolls, que en la entrada del siglo XX veía sus tierras repartidas entre pocos y enormes dueños, pero merced a la patata, los campesinos inquilinos de estos campos, lograron comenzar a adquirirlos porciones: “es el único instante en la historia en la que hay esta aptitud de compra de lote”, dice el historiador.
Los desafíos de la agricultura
El primero de los tres desafíos de la agricultura que me semejan primordiales radica en asegurar la seguridad alimenticia en el planeta en el momento en que se estima que la población humana llegue a los 9.000 millones en 30 años. En la actualidad la agricultura da suficientes alimentos para alimentar a toda la raza humana –son otras las causas de la malnutrición de unos mil miles de individuos– pero sería preciso que en 2050 se generaran entre un 60% y un 110% mucho más que en 2006 (Food and Agriculture Organization (2016; Ray, Mueller, West y Foley, 2013) Esto quiere decir que, por lo menos en los cultivos que son la base de la producción de calorías y proteínas (maíz, arroz, trigo y soja, como mucho más representativos), la producción debería subir en torno al 2,4% de forma anual, unos objetivos poco probables, puesto que el desarrollo medio estuvo muy abajo (0,9-1,6%) en los últimos veinte años (Ray et al., 2013.
Una tercer parte de la producción agrícola se destina al ganado ahora los animales familiares.El incremento de la demanda de artículos cárnicos genera una necesidad de desarrollo de la producción agrícola.Un gramo de proteína de vacuno precisa un gasto de 112 litros de agua, al paso que, solo se precisan 21 litros para un gramo de proteína de cer eal, lo que provoca que la producción de carne sea considerablemente más ineficiente que la de grano. / USDA, Preston Keres