La ganadería intensiva está en los medios. Si bien las organizaciones ecologistas llevan años denunciando esta clase de “fabricación” de carne, las afirmaciones del ministro de Consumo sacaron a la luz los impactos de esta industria sobre el medioambiente, la salud de la gente y de los animales.
Elisa Oteros Rozas. Área de Agroecología de Ecologistas en Acción. Gaceta Ecologista núm. 110.
¿El objetivo de la ganadería es posible?
Pero, ¿qué ocurriría si la cuestión a tratar no fuese qué llevar a cabo con las macrogranjas y la ganadería industrial, no elegir entre ganadería intensiva y extensiva? ¿Y si el enfrentamiento fuera aún mucho más extremista, aun utópico? O sea, ¿por qué razón no terminar con la ganadería en su grupo? No solo por una cuestión medioambiental (emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes, deforestación, alta demanda de elementos, etcétera.) y de salud humana, sino más bien por un aspecto que no se expone: el confort animal, o explicado de otra forma, el derecho de un animal a no fallecer por transformarse en alimento. «Es requisito poner encima de la mesa que hablamos de un sistema industrial donde los medios de producción son animales», recuerda María Giménez Casalduero, jurista y coautora de una investigación sobre la puerta de inseguridad ambiental de los ecosistemas relacionados con la industria porcina.
“Este tema es el santísimo grial”, sintetiza Agustín del Prado, estudioso del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3) especialista en agricultura y cambio climático. Si bien elige pronunciarse con precaución sobre un tema tan discutido, hay una visión popular que sí tiene clara: “Sería una disparidad eliminar la ganadería desde la perspectiva de la utilización de elementos de manera sostenible. Es decir, prescindir del aprovechamiento de zonas marginales (que son muchas en el planeta) donde si no hay ganadería no puedes conseguir alimentos”. Además de esto, enseña, todas y cada una de las estimaciones que se efectúan hoy día que tienen dentro la desaparición de la ganadería «no están contabilizando que este ámbito provee fertilizantes orgánicos a varias tierras de cultivo».
La polución del agua en la Agricultura y Ganadería
La agricultura suma el 70% del consumo de agua en el mundo entero y es responsable del vertido de químicos, materia orgánica, desechos, sedimentos y sales.
En los últimos veinte años, ha surgido una exclusiva clase de contaminantes con apariencia de medicamentos como los antibióticos y las hormonas que se usan en la ganadería y que asimismo acostumbran a llegar a las fuentes hídricas y los ecosistemas, con peligro para la salud.
La ganadería extensiva, una alternativa mucho más ecológica
Si charlamos de las especificaciones mucho más esenciales de la ganadería extensiva, tenemos la posibilidad de resaltar el achicado consumo de energía (por servirnos de un ejemplo gasóleo o electricidad) para la generación de los alimentos.
Este género de ganadería contribuye a sostener los agroecosistemas naturales y la variedad para tener un avance mucho más conveniente de los animales. Además de esto puede contribuir a achicar la erosión en tiempos áridos.
Un informe de Michele Nori para el emprendimiento PASTRES examina las políticas de europa sobre ganadería extensiva, Entretantos coopera en la traducción y difusión del archivo
En contraste a otras zonas de todo el mundo, el marco político en Europa es de entrada conveniente a la ganadería extensiva. Las políticas de la UE reconocen los múltiples valores del pastoreo y sus contribuciones en concepto de bien común, administración medioambiental y cohesión territorial. Reconociendo que estos recursos públicos no son sostenibles sin una remuneración, la UE apoya a los pastores con medidas directas y también indirectas, incluyendo las subvenciones. Estas se piensan maneras de compensación y recompensa para los productores que trabajan en zonas desfavorecidas y ámbitos de prominente valor natural.