Las explotaciones que predominan la cantidad en relación a la calidad y que venden las uvas por kilogramos producidos están mucho más expuestas al cambio climático. Y sucede que según una investigación científico anunciado últimamente en la gaceta PNAS tienen la posibilidad de perderse hasta el 56% de las tierras capaces para su cultivo si la temperatura incrementa sobre los 2 grados.
“En estos cultivos se ha practicado la poda en verde. El agricultor renuncia y poda parte de las hojas y las uvas para contribuir a que el resto de la cosecha se expanda de manera perfecta, redirigiendo los nutrientes. Puedes tener producciones de 4.000 kg por hectárea, en vez de diez.000 y, no obstante, el valor que se consigue por un vino de una uva de mejor calidad sobrepasa a eso que se obtuvo de vender por kilogramos”, enseña Domingo. No se debe olvidar la relevancia de este cultivo en España; somos el tercer productor mundial solo tras Italia y Francia.
Agricultura mediterránea
Abarca cultivos básicos de la región del Mar Mediterráneo: el trigo, la viña y el olivo. Dada la necesidad climática, es propio de la costa de España, Francia o Italia, pero asimismo tenemos la posibilidad de localizarlo fuera de la región mediterránea, por poner un ejemplo, en el estado de California. Por lo relacionado a otras cosechas, es habitual el cultivo de frutas y verduras en las huertas de regadío, que se identifica por la utilización de riego por goteo.
Aquí estamos con cultivos de café, cacao, té o tabaco. Es el género de agricultura de mercado mucho más bien difícil de hacer de manera automática, pero asimismo el que sale mucho más bueno, con lo que son artículos muy pedidos en países ricos. De ahí que, las plantaciones acostumbran a posicionarse en la región de América del Sur o África, en tanto que, además de fundamentos climáticos, es donde la mano de obra es mucho más económica.
Propósito, hallar cultivos resistentes a la salinización del suelo
Tarea afín se lleva a cabo para hallar cultivos resistentes a la salinización del suelo, un fenómeno de manera directa relacionado con el incremento de las temperaturas y la disminución de las lluvias. “Hablamos de integrar patrones de cultivo que permitan hacer plantas mucho más resistentes en el suelo salino. Estamos trabajando con el pimiento Niber, caquis y la pluralidad Nero de la clementina”, señala.
Otra de las técnicas que cobra valor es el cultivo sin solamente tierra. A través de el sistema hidropónico -cultivar sobre sustratos en lugar de tierra-, las plantas absorben los minerales a través de iones disueltos en el agua y minerales que hay dentro.
Secano, tan clásico como la comida mediterránea
Este sistema es mucho más amable que el itinerante y revela la preocupación que los labradores tenían ya hace múltiples décadas por la sostenibilidad del medioambiente.
Radica en dividir el lote en 2 partes, rotándolos a fin de que mientras que uno se cultive el otro duerma bien y repose los nutrientes. Este régimen es dependiente de las condiciones naturales de cada sitio y se efectúa sin aportación externa de agua.
Desarrollado hace un par de años para investigar cuánto carbono se puede fijar en los distintos cultivos y construcciones leñosas y desarrollar una Guía de Buenas Prácticas que dejen al agricultor ayudar a combatir contra el cambio climático, el Conjunto Operativo Carbocert ha creado el emprendimiento “Cuantificación y certificación de carbono orgánico en suelos agrícolas mediterráneos”.
Este Conjunto Operativo estuvo dirigido por la Asociación De españa de Normalización (UNE) y se tienen dentro en él entidades de certificación, centros de investigación y organizaciones agrarias como AENOR, ASAJA, el IRTA, el IFAPA y la Asociación De españa Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEACSV).
En estos un par de años de trabajo, Carbocert logró entablar metodologías que dejan contabilizar el incremento de carbono en suelos agrícolas y en construcciones leñosas a consecuencia de la app de prácticas agronómicas sostenibles.