cuanta produccion tiene la agricultura de cortar y quemar

La predominación de las lunas en los océanos (marea alta y baja), en la agricultura (podas de árboles, siembra, recolecciones, etcétera…) e inclusive en el estado anímico de nosotros es hoy en día un fenómeno indiscutible. Lo que mucho más nos importa en este capítulo es comprender las lunas mucho más recomendables en los cultivos de hortalizas, cereales y frutales tal como en las podas y recolecciones de la huerta.

PRIMERA ETAPA: SIEMBRA DE QUINUA ORGÁNICA

Un aspecto esencial a estimar es tener terrenos no expuestos a peligros climatológicos (heladas, granizadas, sequías bastante prolongadas, exceso de malas yerbas) en descansados, y tener vías de ingreso, para la preparación con maquinaria, en caso contrario usar Yunta o la preparación de lote se efectuará usando zapas, zapatos y picos.

Los terrenos con mucha pendiente situada en laderas, crea inconvenientes de erosión y el lavado de la semilla y los abonos, frente la existencia de las lluvias, para esto va a deber efectuarse un óptimo trazado de los surcos por poner un ejemplo surcos con curvas de nivel, etcétera. Lo mismo sucede con terrenos planos, con el comienzo del agua que produjo ahogamiento del cultivo de quinoa, en estas situaciones se va a deber remojar y nivelar bien el lote, a lo largo de la preparación de lote. usando zapas, zapatos y picos.

¿Por qué razón no es requisito labrar la tierra?

En el momento en que araremos la tierra, la volteamos para remover malas yerbas y elaborar el lote. Ahora mismo apreciamos que la tierra que ponemos en área semeja tener un color diferente, con una textura mucho más húmeda y mucho más rica. Esto se origina por la acción que hace el Sol en el suelo es asoladora: perdemos humedad y microorganismos todo el tiempo. La mayor parte de microorganismos que transforman los desechos en materia orgánica son inútiles de vivir con luz directa del Sol y de ahí que se pierden 3mm de suelo fértil de año en año que iremos a arar. Recuerdo una clase con Darren Doherty donde ha dicho «el Sol duele mucho más en la tierra que cualquier bomba nuclear que proceda». Quizás semeja un tanto exagerado, pero si nos detenemos a meditar cuántos años provoca que cultivamos sin resguardar el suelo, quizá comprendamos por qué razón requerimos cada días un poco más fertilizantes químicos y maquinaria.

Así, en el momento en que araremos la tierra nos encontramos ocasionando la desaparición de todos y cada uno de los microorganismos que estaban en capas inferiores del suelo y que los exponemos de forma directa al Sol. Además de esto, la tierra que se encontraba húmeda y tenía materia orgánica empieza a perder vida nuevamente y se reseca antes de lo que pensamos.

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